EL título de esta entrada es una frase del libro que estoy leyendo y tuve que parar cuando la leí. Sentí que necesitaba hablar de esto con una sensacion como si me jalaran el pelo y pues aquí va.
Siempre que la gente me dice ¿Eri como haz cambiado? Mi Eri interior salta de no sé dónde diablos y responde en automatico: ¡pues claro! Gracias a Dios no soy la misma pendeja de hace dos años, ¿o es que usted se quedó estancado en los 25?.
Crecer implica cambiar de gustos, de ideas, de opinión, de perspectivas, (de novio no por que eso es de guaricha; pues por lo menos no cada semana) y de entender que cuanto más cambiamos, más capas nos quitamos de encima por que cambiar significa evolucionar. Cambiar significa tener los pantalones de decir que hoy no me gusta lo que me gustaba ayer (¡y que van a hacer!). Eso es de grandes y nadie tiene derecho a juzgarnos.
Centrarnos en nuestra vida sin estar mirando la del otro y sobre todo sin criticarla.
Si va a observar al otro, esta bien, pero si va a criticar mejor véase los simpsons, pague netflix, lea un libro, vaya a cine, comase un chicle o yo que sé y ¡hable de eso!.
Si va a observar al otro, esta bien, pero si va a criticar mejor véase los simpsons, pague netflix, lea un libro, vaya a cine, comase un chicle o yo que sé y ¡hable de eso!.
Uno no puede ir por la vida hablando del resto del mundo como si uno tuviera la varita de San José y que por eso se sienta con derecho a juzgar el actuar de los demás, por que tengo que decirlo, no hay nada mas jarto que sentarse con alguien a rajar de los demás. ¿En serio tan poco interesante es su vida que debe revolcarsela a alguien más para tener algo que contar?
La autoimagen DEBE modificarse en el tiempo y para hacerlo se requiere disciplina pero no rigidez, pasión pero no obsesión.
Tenemos la obligación de tomar el destino en nuestras manos (por que claro que existe un destino) y modificarlo a nuestro antojo. Como dicen por ahí, todos los caminos conducen a Roma, y debemos elegir el mejor para cumplir con el nuestro y para alcanzarlo solo necesitamos dos cosas: decisión y voluntad (Sobre todo voluntad por que no hay nada más difícil que pelear con uno mismo y sus fantasmas).
Tener los pantalones de decir que hemos reciclado el pasado que nos hizo lo que somos hoy y que además ya no duele y que por el contrario aportó bastante, señores y señoritas, ¡eso es crecer!.
Claro que existe un destino y lo tenemos en frente para alquimizarlo, para hacerlo mágico, para volverlo gomitas de ositos rojas, para transformarlo y jugar con el a nuestro antojo, para usarlo en pro de nuestra evolución; NUNCA PARA VERLO SOLO PASAR.
La tarea es volvernos expertos en la vida y entender sus partes, compender como funciona el mundo y pensar como carajos vamos a aportar en vez de andar pendientes de lo que hace el otro para tener como contaminar más (como si ya no fuera suficiente) este pobre planeta por que si señores, ¡entiendan que sus malas energías también contaminan!.
Al final debemos estar tan cerca de nosotros mismos que seamos casi 100% nosotros mismos, los reales, los autenticos, los que tenemos ganas de evolucionar y de ayudar en algo a este mundo para hacerlo un poquito mejor.
Enamorarnos de la vida y de nosotros mismos por que para dar amor primero hay que tener mucho para uno y luego ahí si pensar en darle al resto. Poner los ojos y las intensiones en lo importante y no en el jopo de los demás porque de ahí solo va a salir lo que sabemos. Así que mejor dedíquese tiempo a usted mismo en vez de estarlo perdiendo en culos ajenos.
Kika Carrero
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