"Enamorarse es perder el control"

Enamorarse es perder el control y yo con él nunca lo tuve.

Siempre amé verlo ser tan el como es, permitirle ser él y que yo me sintiera tan yo hizo la diferencia.
Acoger sus fantasías y llevarlo a limites que ni el ni su cuerpo habían sentido, dejandolo ser conmigo y con mi alma, haciendo cosas que sólo uno en sus pensamientos más raros puede entender; esos que trascienden la memoria y nos marcan la vida.
Que mi alma hablara a través de mis besos y que él lo entendiera; ese era el mayor placer que jamás he podido sentir.

Ver en sus ojos cosas que no he visto en otros, en su cuerpo cosas que no he sentido en otros y en su alma un amor que no he sentido por nadie. Uno que me lleva a perder el control, a pasar mis límites, a no reconocer mis sentidos por que se pierden en sensaciones que no tengo palabras para describir.... palabras que tal vez, nunca han podido ser escritas.

El siempre sacó lo peor y lo mejor de mí, lo oscuro y lo bonito; las lágrimas y las sonrisas. Yo me conecté con su alma, con lo que no podía tocar, con lo que nadie podía ver; con eso que hasta hoy muy pocos han podido entender.

Así lo viví yo por que es de la única forma que pude exteriorizarle todo lo que le quizo decir mi corazón. Con amor. Ser yo desde todo lo que eramos. El lo vio todo; lo tuvo todo. A mí yo más original.

De eso hace mucho tiempo hasta que le le perdí el interés a controlarlo todo, de hecho no creo que en algún momento lo hubiera tenido con él y eso fué lo que me terminó de enganchar. No haberlo necesitado físicamente para amarlo por que mientras no estuvo; yo amé su alma, su vida, a él... al de verdad,  no al cuerpo que le dieron.

Tener el cuerpo es una cosa, pero besarle el alma y que todo encaje como un rompecabezas perfecto es otra muy diferente. Yo aún no tengo las fichas completas y no se si en algún momento logre ubicarlas pero, por lo menos, ya aprendí en dónde buscarlas.

Kika Carrero

¿Cómo se siente un corazón roto?

A los que me preguntan que cómo se siente un corazón roto... Se siente cómo cuando uno tiene 3 años y los papás se le pierden. Como si le arrancaran el corazón sin piedad y sin tener probabilidades de encontrarlo.

Los pensamientos se vuelven confusos y uno pierde hasta la motricidad. Yo me sentí como en una pesadilla; sin aire y sintiendo cada vez más dolorosos mis latidos. Así se siente que le rompan a uno el corazón.

Duele más cuando uno no lo espera, y supongo yo que ese fué el detonante mío. Cuándo todo pasó, yo tenía la esperanza...no; no tenía la esperanza, tenia la certeza de que todo se arreglaría porque que el amor era increíble y jamás me haría daño; ¡no podia pasarme sintiendo todo ese amor!. Después de todo Dios no podía ser tan duro con tanto amor de por medio. Luego entendí que si podía y que lo haría por mi bien pero, me costó bastantes lágrimas entenderlo.

No podía sonreír y me sentía terrible conmigo misma, se me olvidó disfrutar, no veía la luz al final del tunel y olvide hasta cómo pensar. Entregué demasiado, y sentir cómo se rompía cada milimetro de mi corazón hizo que mi forma de pensar cambiara.

Levanté un muro para todo lo que amenazaba con unirse a mi vida, me volví más fuerte; también, más fría, y creo que eso nunca cambiará.

Es como si me hubieran tirado en un tiempo que no era el mío. Como si hubiera nacido de nuevo. Ví el amor como algo que podría hacerme daño y me cerré ante la posibilidad de alguien más. Estaba muy rota y necesitaba evitar el dolor de alguna manera.

Quizá sí, o tal vez no. Para cada persona es diferente, pero yo preferí poner un muro de contingencia tipo muralla china para que me cuidara de cualquier tipo, ¡debía velar por mí!, debía sanar y recuperar las partes rotas para sentirme entera nuevamente. En ese proceso un par salieron lastimados, pero hoy también entiendo que cada uno es responsable de sus sentimientos y nadie obliga a otros a quedarse, por lo que no cargo culpas.

Y así fué, paso mucho tiempo pero derribé el muro siendo mucho más consciente y poniéndome siempre por denlante. PRIMERO YO.

Ya sé que tengo una capacidad de amor que es directamente proporcional a mi umbral de dolor frente a un desamor así que ya sé que de eso uno no se muere (aúnque la sensación debe ser bien parecida). También me quedó la certeza de que uno no pasa por esa pendejada dos veces y que una vez es enseñanza pero la segunda es masoquizmo. Esta bien darle amor a otra persona, pero lo que definitivamente no está bien es poner nuestra felicidad en sus manos. Así que hoy con mi felicidad en las mías decido a quién amar y en qué medida.

Decidí que no habrá un solo exceso para nadie que no sea yo. Decidí construir con mis manos mi felicidad y el que la quiera compartir conmigo BIENVENIDO sea por que; como dice una amiga mía... detrás de un bus viene pitando el otro.

Kika Carrero