Releer todo lo anterior hoy con el corazón lleno de amor y de tranquilidad es hermoso... Te das cuenta cuánto haz crecido y cuanto tuvo que pasar para ver eso que necesitabas ver y que hoy es tan claro, tan sencillo... gracias por verlo diferente, gracias por permitirte crecer a partir del dolor, la frustración, el amor y el desamor, la ilusión, las mariposas, los milagros, gracias por abrir tu corazón y volver a creer.
¿Tuviste que pasar por todo esto? Supongo que sí, todas las lágrimas contaron, todos los tropiezos valieron, todo (aunque doloroso) aportó para que hoy sientas tu felicidad completa.
Te perdonaste tarde y sufriste mucho por eso pero ya fué... hoy tu felicidad está solo en tus manos y nunca más se volverá a perder en las manos de nadie... gracias por entenderlo.
Gracias por tener el valor de aprender a recibir por que no sabias hacerlo; gracias por dejar de ser una máquina de dar amor que no creía que debía recibirlo de vuelta; gracias por entender que el amor es de dos y va en los dos sentidos... ahora sigue saliendo de ti pero vuelve a montones.
A tus alas que en algún momento tuvieron pánico de volver a volar, gracias por reconstruírlas, sé que necesitaste mucho valor para volverles a hacer creer que si saltabas nuevamente funcionarían ... aunque esta vez el salto fuera más alto.
Gracias por creer en tu amor, por tener la fortaleza de mirarte al espejo y poner punto final a lo que merecía un final hacia mucho tiempo.. por dejar atrás el dolor y la comodidad que cambiaste por una nueva luz, una mas intensa, una que realmente merecías.
Gracias por dejarte convencer de esta nueva etapa de tu vida, por creer... por poner tus ojos en otros lugares físicos y mentales que te hicieron más fuerte y más feliz. Mereces la felicidad que tienes por haber cambiado tanto...
Vienen cosas mágicas y nuevas para ti y para tu corazón, recibelas con amor y humildad para segir avanzando en tu camino.
No tengas miedo, ya sabes como vencerlo, ya lo hiciste muchas veces y la recompensa por ahogarlo siempre es infinita.
Gracias a la mujer, a niña, a la novia, la hija, la hermana, la amiga... La esposa y la madre que serás por tener los pantalones de mirar siempre hacia adelante, por tu fortaleza, por tus ganas de lograr todo lo que siempre haz querido, por tu capacidad para satisfacer cada capricho que se te ha ocurrido en la vida y por hacerlo siempre a tu manera. Gracias por no pedir cincuenta opiniones para hacer de tu vida lo que haz querido siempre por que así haz vivido felíz. Gracias por ser fuerte y decidir en cada momento lo que siempre haz sentido que debía ser, por levantarte a hacer lo que tu corazón te dice, por que esa ha sido y siempre será la única y más importante opinión... la tuya.
Kika Carrero