Cuándo una mamá cumple años uno piensa en todas
las cosas que quisiera darle y piensa que cualquier regalo va a quedarle
pequeño porque uno no entiende cómo puede recompensarle tanto amor.
Hoy tengo que decir que tengo una mamá casi de mi
edad, que es hermosa, muy intensa porque todas las mamás son muy intensas (es
como un pacto que hicieron entre ellas a ver cuál gana el Grand prix de la que
más molesta y la mía va en la cabeza mal), feliz y sobre todas las cosas muy
preocupada por sus hijos. Mi mamá desde que yo era muy pequeña siempre me
sobreprotegió, me cuidó tanto que me generó pánico a la vida, mi respuesta
siempre era: "no que miedo eso, ¿que tal me pase algo?" Y la verdad
es que al final no pasa nada y cuándo uno se da cuenta de eso empieza a vivir
más relajado y hasta se empieza a volar para irse de fiesta (ojo a este dato:
yo me volé de mi casa por primera vez a los 19 años). Esa mujer hizo bien la
tarea del terrorismo conmigo.
En fin, a lo que quiero llegar es a que hoy que
esa hermosa mujer cumple años, yo si tengo que darle las gracias por los
chancletazos, por los regaños, por no haberme dejado hacer muchas cosas que
hubiera querido hacer cuando tenía 14 y que hoy sé, entiendo y disfruto eso que
no hice antes porque simplemente no era el momento.
Y digo que no era el momento porque ahora puedo
disfrutar de muchas cosas a partir de la mujer pues si las hubiera hecho en
otro momento, seguramente la niña no habría sabido cómo lidiar con ese enredo
que es la vida.
Hoy le doy gracias porque no sólo estuvo para
parar el terremoto de la niña que se accidentaba cada dos días por que no se
quedaba quieta con nada, por espantarme cuanto "amiguito" se me
acercaba porque ojo: los papás no conocen la palabra novio; todos son amiguitos
y nada es válido para ellos, pero sobre todas las cosas, quiero darle las
gracias por sacar del hueco a la mujer que se ha caído tantas veces y que uno
sólo logra calcular la magnitud de ese amor cuándo está en el piso con cero
ganas del mundo... uno puede sentirles la angustia, uno les ve en los ojos las
ganas de arrancarnos el corazón para que no suframos más y ponérselo ellas.
Ellas quisieran ir a matar al que nos hizo el daño, es puro instinto de mamá (y
deberían) pero no lo hacen porque están muy ocupadas remendándonos el corazón;
y nos paladean, nos llaman, nos regañan, incluso tratan de conseguirnos un
novio nuevo con todas sus amigas y prueban todos los métodos para sacarnos de
la tusa y al final si señores, LO LOGRAN.
Madre mía hoy quiero darte las gracias por tanta
intensidad, por no haber fallado nunca como mamá, por haberme leído hasta los
diarios porque siempre escribí muchos y ella se los leyó todos sin ningún
problema (creo que más me demoraba yo en esconderlos que ella en encontrarlos),
muchas (infinitas) gracias por meterme vallenato en la cuna, por estar siempre
pendiente de mi vida para que fuera una mujer de bien con alta tendencia a
estrellar los carros (aunque ese no fuera el objetivo), pero al fin y al cabo
una que se ajusta al prototipo de mujer que querías que fuera (o por lo menos
eso espero). Lo de intensa si lo saqué y bueno lo del gusto musical no tiene
discusión, además de sentir mucho amor por todo lo que hago, nunca desfallecer,
terminar siempre lo que empiezo, ir detrás de los sueños sin quitarles los ojos
de encima y así... todo muy tú.
Te amo madre y espero que sean muchos años más
para celebrarlos juntas y para seguir acumulando historias y sentimientos para
contarle al mundo porque lo único bueno de no vivir con la mamá es que no lo
regañan a uno por el desorden y lo malo definitivamente es no vivir con ella.
¡¡¡Feliz cumpleaños madre!!!
Kika Carrero
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