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miércoles, 27 de mayo de 2015

¿Cómo saber que es amor?

Publicado por Lalectora en 20:33 0 comentarios

Definitivamente no es amor cuándo hay berrinche.
No es amor cuando faltan piezas que no terminan de cuadrar en el rompecabezas porque el amor sencillamente es uno en el que todas sus partes (aunque tengan  diferentes formas) terminan encajando de alguna manera.

Hay quienes tienen un encoñe y de ahí se agarran para decir que es amor, pero, la verdad es que, de que nos hagan rico no depende una relación y a eso no se le llama amor. Amor no es ponerle título a una relación por que ya se cumplió el tiempo y toca dar el siguiente paso porque así lo pide el mundo.

Amor es sentir admiración por el otro. Amor es verlo y saber que confiamos plenamente en sus capacidades para tomar decisiones laborales, emocionales, éticas, económicas, sociales y ¿por qué nó? confiar en que hasta la decisión más estúpida será la correcta por que tiene la capacidad de hacerlo.

Amor es aceptarlo con lo que viene: con los errores y aciertos, con lo feo y lo lindo, con lo bueno y lo malo... con lo que hace reír y lo que hace llorar.

Cuándo queremos que alguien sea de "alguna forma" para autocomplacernos, matamos su escencia y le estamos deciendo a esa persona "déjame decirte lo que debes hacer". En otras palabras; no confío en como lo harás entonces déjame yo decido por tí. Le invadimos el espacio e irrespetamos su inteligencia diciendole "yo lo hago por tí".

La relaciones son 50/50... no 30/70 ni 80/20 y ninguno debe pasarse de su 50% otorgado. Lo justo es llegar sólo hasta donde nos corresponde. ¿Para que queremos hacer más de lo que nos toca?.

Amor es no necesitar excusas para decir lo que queremos porque simplemente ya no es necesario decirlo... está en el aire. Amor es besarle los miedos, los labios y los sueños.

Amor es aprender a esperar; es observar, es sentir sin dolor, es extrañar bonito y es dejar ser... sin presiones, sin berrinches...sin obligaciones.

Escribirle también es besarlo, soñarlo también es tocarle el alma, recordarlo también es abrazarle la vida y que aunque el tipo tenga mil opciones, decida estar con uno por convicción y no por obligación; eso es amor.

Cuando se conectan dos almas, nada vuelve a ser igual... el mundo puede seguir pasando y podremos encoñarnos con otros, besar otros labios, dormir junto a otros cuerpos, agarrar otras manos y hasta hacer pantallas infinitas de amores "perfectos" pero cuándo despertamos y lo vemos ahí aún cuando no está, sabemos que estamos nadando en sentido contrario.

Amor no es decirlo; amor es sentirlo, verlo, soñarlo, admirarlo, ayudarlo, complementarlo y sobre todo, nunca opacarlo. Amor es dejarlo ser y ser felíz con eso.

Amor es el que transforma, el que evoluciona, el que cree, el que ve, el que ayuda, el que oye, el que no necesita tocar para sentirlo todo.

Amor es que le tiemblen las piernas sin entender ¿por qué?, es hablarle en el silencio, abrazarlo en la distancia, tocarlo sin tenerlo, tenerlo sin que eso signifique poseerlo y si lo que quiere es poseerlo, pues que sea sólo en el sexo y como Dios manda para que vuelva por la segunda parte, porque el que es caballero: repite.

Así que si no logró identificarse con nada de lo anterior, si sólo le dió a lo del berrinche o a lo de "quiero que hagas esto asi"... recoja y vamonos por que ahí no hay amor.

Ahí lo que hay es una pataleta y para eso están los niños. ¿Los adultos? Esos estamos para sentir, para crear, para creer, para soñar y para amar bonito.

Kika Carrero

lunes, 18 de mayo de 2015

La versión mejorada de mí...

Publicado por Lalectora en 17:01 0 comentarios

Hoy soy la mejor versión de mi; la versión que creo la niña de las alas y el corazón roto. Hoy soy una mujer que se levantó para reconstruir sus sueños; la misma que los sacó de la maleta del olvido para meterlos en una nueva que tiene muchos colores y una lista larga de lugares por conocer. 

Hoy soy la mejor mujer que jamás haya sido. Sí, lo soy porque quiero, y porque la vida así me lo ha pedido. Hoy me río de la tusa infinita que casi me mata, de las noches sin fin, de las bromas que nunca tuvieron sentido (incluso si hoy soy la única que las entiende). Del novio por el que volví pero que ya no estaba, del que me dejó, de los que dejé y de todo el drama que solo una enamorada como yo podría crear.

Hoy sonrío cada vez que encuentro esas miradas que me mueven el alma, no importa si son muchas o si son esporádicas, hoy sonrío cuándo me las cruzo porque me devuelven la vida.

Hoy paso mis domingos contigo o conmigo; la decisión se la dejo a la vida, y puedo pasarlos viéndo películas y haciéndome cuanta mascarilla encuentre por Internet o viéndote dormir a mi lado. La incertidumbre ya no me mata; ya le perdí el miedo a las respuestas.

Hoy volví a sentir emoción cuando mi equipo favorito marcó un gol (porque si señores también tengo un equipo al que le voy), y madrugué a coger mi bici para sentir el viento en la cara y darme cuenta una vez más que no me había equivocado.

Aprendí de la mujer de hoy que siempre que yo me acompañe a una librería estaré perfectamente bien, que no hay nada que no se solucione llamando a una amiga y que escribiendo se libera el alma. 

Sé que un día de estos le voy a preparar la cena al amor de mi vida, una de esas que hago sólo para mi, pero sólo si el promete ayudarme a limpiar después. Y si me quiere ahí con el, veremos todas las películas de acción juntos, (sólo si después está dispuesto a ver una bien romanticona conmigo). 

Bueno y sí, también voy a tomar cerveza con él mientras me habla de cómo le fue en el trabajo o si quiere tomarsela con alguién más, también estará bien porque aprendí el valor de los espacios. La berrinchosa del "¿para dónde va y con quién?" la mandé a recoger porque no pegaba con mi nuevo yo y me quitaba vida. Si, voy a darle su propio espacio. Y espero que el me de el mío.

Aprendí a preguntarle a la gente cómo estuvo su día (no por que sí, si no por curiosidad real), porque quiero saber qué partes del día los hicieron sonreír y cuáles los hicieron querer incendiar la oficina.

Aprendí a sorprenderme en distintas ocasiones, y a mirarme diariamente. Siempre supe que ser leal me traería cosas buenas, (nunca esperé que tantas pero sí, la vida me ha devuelto con creces el respeto que le tengo a la fidelidad), porque al final del día, cuándo me reencuentro con lo que más quiero, entiendo que he dado los pasos correctos.

Soy la que comparte mis esperanzas, mis sueños y mis miedos; la única que los llora cuándo los siente cerca y la única que los hace reales cuando empaca una maleta y se va a cumplir su sueño de darle la vuelta al mundo. Soy la que se da más duro pero también la que más ama y consiente a la mujer que soy. Soy real y prometí nunca más volverme a decir mentiras porque entendí el daño que me hacían por más pájaritos que les pintara. Entendí que no merecía menos que decirme la verdad así me doliera en el alma.

Construí desde las ruinas de mis pensamientos y mis sentimientos, y aunque no fuí capaz de llenar sus vacios, hice mi mejor esfuerzo por caminar con ellos antes de juzgar sus pasos. Hoy los llevo de la mano sin que me hagan estorbo alguno.

Aprendí que gritar no hacía que me escucharan pero que llorar (mi virtud más natural) me hacía levantar la voz hasta las estrellas y hasta los ángeles me escucharon.

No voy a decir que mis inseguridades y celos eventualmente no van a salir a la luz por que sin importar cuánto trate de esconderlos, le tengo un lugar reservado a las personas que no sienten respeto alguno por las relaciones de los demás pero sin duda alguna, será un tema de dos.

Aprendí a hacer preguntas, muchas preguntas, algunas no tendrán mucho sentido pero, aprendí que no importa lo estúpidas que suenen si lo quiero saber, lo voy a preguntar y sí; después de la preguntadera vendrá el silencio y cuando éste necesite subtítulos, habremos perdido nuevamente el sentido de las cosas.

Aprendí que cuando estoy molesta, debo evitar el contacto con la gente y que cuando esté lista para hablar, buscaré el momento pues prometí no volver a herir los sentimientos de nadie en la calentura de los malos momentos.

Aprendí a tratar al mundo como me gustaría que me trataran a mí y quiero ser algo bueno para los demás, y aunque sé que no siempre puede ser así, aprendí a esforzarme, a autoevaluarme. No puedo prometer que seré perfecta, pero como mujer, voy a hacer todo lo que pueda para ser la mejor que mis ojos hayan visto, seré la mejor para mí. La que la vida arregló, la que yo levanté, la que pinta y escribe, la lectora empedernida, la que ama viajar y monta bicicleta por que es lo que le gusta, la adicta a su trabajo... la que hoy construye su mejor versión de si misma. Yo.

Kika Carrero.

sábado, 2 de mayo de 2015

La silla vacía...

Publicado por Lalectora en 15:01 0 comentarios

Yo no creía mucho en el cuento de la silla vacía, esa de la que tanto me habló una amiga que cada vez que me veía me preguntaba por él. Ella sabía lo que había en mi corazón y siempre me preguntaba lo mismo... ¿kikilla y cómo vamos de aquello?... Nada Martuchis igual, ahí vamos haciendonos las pendejas con ese sentimiento por que ¿qué más?. Y ella con su respuesta siempre muy "polite", fresca que cuándo la desocupes eso llega. Y yo amaba verla (y amo verla) por que con ella me descargué una y otra vez sin que me juzgara; si señores... eso hacen las amigas, escuchan y no juzgan, y es que uno siente como si le tiraran un flotador después de haber nadado mil horas seguidas por que la verdad es que, uno no necesita escuchar otra vez que el man es un cafre, eso ya no lo han repetido N veces y lo que pasa es que ya no queremos escucharlo otra vez... A veces sólo necesitamos alguién con quién podamos chillar en paz sin que se haga ningún tipo de comentario adicional a lo que está en el aire.

Siguiendo con el cuento, el problema de verdad no era que llegara o no por que de hecho ya había llegado pero, yo no tenía una silla donde sentarlo por lo que lo tuve parado mucho tiempo hasta que se aburrió y claro, se fué. Un tiempo después cuándo yo quise intentarlo me sonó el correo de voz y bueno como yo ya aprendí a llevar una tusa dignamente, pues pasé la página más bien rápido por que yo no planeo quedarme estancada en ese cuento dos años más como con la anterior, ¡ni loca que estuviera!.

Eso si, no diré que no me tocó ponerme las rodilleras por un tiempo, por que siempre queremos darle una oportunidad al amor pero, nada... No fué. Al fin y al cabo, si algo me quedó como enseñanza de ese episodio de mi vida fué que lo que es pal perro no se lo come el gato y que definitivamente rogando amor no es por que sencillamente el amor no piensa y asi lo entendí yo por que cuándo le conte todo esto a otra amiga, me dijo lo siguiente: "Eri, tú habrías dudado un solo minuto, que digo minuto, un solo segundo haber vuelto con ese man (digámole A) si él te hubiera buscado?" Y la respuesta fué un NO contundente. Yo me habría tirado al abismo otra vez sin pensarlo y así debe ser por que el amor no duda, el amor es. De manera que, si algúna de las dos partes lo piensa entonces ya no es. Uno también merece alguién que no dude un solo segundo estar con uno, y así fue como decidí pasarle la página al de la "tusa" actual (digámole B).

Entonces sí, ahí se vá otro amor, uno que duele menos y eso lo hace más bonito por que cuando duele tanto es traumático y ese tema de no dormir ni comer ya no aplica por estos lados. El también fué un amor pero con paz y eso lo hace mejor.

Uno debe apuntar más a ese tipo de amores, esos que nos dan tranquilidad y estabilidad pero como cada uno lleva su proceso a su ritmo pues ni modo. Yo no me arrepiento de la forma en que han pasado las cosas en mi vida ni de las decisiones que he tomado por que siempre las he tomado con el corazón y ese nunca se equivoca.

Seguramente si no se pudo con A ni con B será por que es con C, así que hay que dejar que todo pase por que las casualidades no existen y Dios es perfecto. Se aprende más de las experiencias propias que de los consejos ajenos y nadie aprende de lo que le cuenta el otro así que, pa' lante por que pa' atrás asustan y cuándo una amiga les llegue con el cuento de la silla vacía, créanle por que seguramente lo dice por que ella ya pasó por ahí...

Kika Carrero

 

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